Pintado a nuevo y remozado en virtud de la política de preservación del patrimonio arquitectónico que lleva adelante la Municipalidad, el emblemático puente colgante de Alpa Corral se ha constituido en una de las señas de identidad de nuestra localidad.
Su imponente estructura (ahora con las arcadas y pilares blancos, las barandas y el enrejado en gris grafíto) sirve no ya sólo para facilitar el tránsito de vehículos, vecinos y turistas sobre su piso de cemento, sino también como punto panorámico, una suerte de formidable atalaya o mirador, desde donde se avizora -a 45 metros sobre el río Las Barrancas- un paisaje de singular belleza.
Emplazada desde 1979 en la zona de “El Cajón”, la estructura fue donada por decisión del exgobernador de facto, general Bernardo Chasseing, a instancias de gestiones realizadas por el intendente José Lorente.
El entonces presidente de la Cooperativa, José Ficco, colaboró con el proyecto, cediendo parte de un terreno de su propiedad, necesario para efectuar el tendido; un lugar ideal, ya que el peñón ofrecía las medidas adecuadas o precisas para la extensión y ancho del puente.
Su historia se remonta a fines del siglo 19, cuando fuera levantado en el Parque Sarmiento de Córdoba sobre una profunda depresión del suelo, a cincuenta metros aproximadamente del monumento al Dante Alighieri.
El puente cruzaba de norte a sur, desde el el “pulmón verde” de la ciudad Capital hacia el barrio Crisol.
Sin embargo, acaso por desidia, fue largamente descuidado: los maderos, que como travesaños conformaban el piso, se encontraban desarticulados en varios tramos, desvencijados y ahuecados.
Quienes conocieron su estado ruinoso aseguran que terminó por resultar riesgoso el paso peatonal y de imposible circulación vehicular, incluso para las bicicletas.
Ingeniero civil, además de militar, Chasseing prefirió recuperar el puente, pero buscándole otro sitio, a la altura de sus posbilidades.
En ese sentido, el exgobernador consideró que Alpa Corral, que conocía bien por sus reiteradas visitas, reunía las mejores características topográficas.
Para obrar en consecuencia, ordenó que la pesada estructura fuera desarmada y trasladada desde Córdoba en camiones de gran porte, de modo de cumplir con la palabra comprometida.
Su ansiada inauguración en 1979 marcaría un hito en cuanto a la intervención en la naturaleza de Alpa Corral; esa naturaleza pródiga en dones, que la distinguen, y también en obras que le embellecen aún más.
Como todo puente, el puente colgante tiene connotaciones que, si bien se mira, van más allá de la ingeniería estructural y de la arquitectura, de los portentos del diseño o del hecho de salvar un accidente geográfico, como, por caso, un río, entre otros obstáculos físicos.
Además de su valor patrimonial, su imagen puede simbolizar un sentido cabal de los vínculos comunitaros, porque, como se ha dicho metafóricamente, hay también puentes que acercan distancias, unen desencuentros y superan fronteras.
Todo puente se puede cruzar en dos direcciones, caminando de cara al futuro.
Desde la Municipalidad invitamos a todos los vecinos de Alpa Corral a tender puentes cotidianos, a sabiendas de que ningún puente se sostiene de un solo lado…