EN EL VIVERO, LA VIDA IMITA AL ARTE

Obra colectiva consagrada a enraizar profundamente, 350 azulejos transmutados mediante la laboriosa técnica del mosaiquismo representan en las paredes de la administración del Vivero Municipal dos árboles nativos emblemáticos de la memoria de nuestro paisaje original, a saber:

* El espinillo, que simboliza la esperanza de un nuevo comienzo, de otra oportunidad para la vida, en la medida en que cicatriza el suelo y el ambiente después del desmonte o de un incendio;

* El tabaquillo, típico de nuestras Sierras Grandes, que protege las nacientes de los ríos.

El cuadro se completa con la presencia de los sensibles colibríes (los “picaflores”, como se les suele llamar), que, con sus incesantes aleteos, representan el vuelo de una libertad incapturable.

Si se aceptara la aseveración de Oscar Wilde en el sentido de que “la vida imita al arte mucho más que el arte imita a la vida”, ciertamente también el arte que sirve para mirar nos desafía a mirarnos. Ese pareciera ser el principio que rige los trabajos de la profesora Olga Gamarra, que enaltecen distintos lugares de Alpa Corral, como, por ejemplo, el Centro Municipal de Atención Primaria de la Salud, adonde plasmara corazones que impregnan sus paredes en tributo al doctor René Favaloro.

Al arte de sus manos y las de sus alumnas del Centro Cultural Municipal “Desiderio Tejerina” pertenece, en efecto, la intervención llevada a cabo, y de reciente finalización, en el vivero local. Aplicaciones en un espacio que rinde homenaje a la riqueza de lo autóctono, un patrimonio natural para preservar y cuidar.

“Una obra que no es más que la expresión de amor a la naturaleza de la cual somos parte”, dirá la ingeniera forestal Natalia De Luca, una de las especialistas del vivero. Una obra -añadimos- de esfuerzos compartidos cooperativamente, en cuyas labores participaron también la intendente María Nélida Ortiz, y la responsable del Centro Cultural, Federica Guntsche, entre otras colaboradoras.

Como en tantas oportunidades, el trabajo en conjunto prodiga sus frutos, en este caso para mejorar y fortalecer este espacio creado en 2003 con la finalidad de concientizar acerca de la importancia de conservar nuestros bosques nativos, fuentes de alimento y refugio de fauna silvestre, preparados al clima del lugar, y que constituyen la única fábrica natural de agua mineral, aire puro y suelo fértil.

Y bien: mejor que leer estas líneas será concurrir al vivero para disfrutar del arte y, por qué no también, para darle la razón a Wilde…

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