La muerte del ex intendente de Alpa Corral, Carlos Giosué, acaecida este jueves en Río Cuarto, tras padecer una penosa enfermedad, entristece a toda nuestra comunidad. La memoria emotiva trasciende las diferencias partidarias, y se duele de la desaparición física, a sus 67 años de edad, de un hombre de convicciones y de valores personales, cuyo recuerdo ha de atesorar los afectos perdurables que conquistó entre quienes lo conocieron y lo frecuentaron, en los acuerdos tanto como en las discrepancias.
Referente del justicialismo y de una destacada trayectoria política, Giosué fue intendente de Alpa Corral durante tres periodos, hasta 2007, y se desempeñó, además, como concejal. También formó parte del Ente de Intendentes Justicialistas del Sur Cordobés.
Nada nos indemniza de su ausencia, salvo el recuerdo entrañable, como acontece con el fallecimiento de una persona apreciada, sobre todo por sus cualidades humanas.
Giosué afrontó con temple la adversidad que finalmente quebró su salud. Aunque nos duela su pérdida, lo recordaremos siempre con melancólica alegría, acaso como él hubiese querido. Lo extrañaremos por su capacidad de trabajo, su vocación de servicio, su pasión por hacer y progresar, pero, sobre todo, por su cálida amistad, señalada por la sensibilidad, que era capaz de prodigar aun a sus adversarios políticos.
Esa amistad que sólo puede forjarse en las fraguas del corazón, cuyas razones -se sabe- la razón a veces no entiende.
Los restos del ex mandatario de Alpa Corral son velados en Río Cuarto, en las instalaciones de la Sociedad Francesa (9 de julio 1383). Este viernes serán cremados en Parque Perpetual, a las 11.15.